El guionista francés Fabien Vehlmann, tal como se señaló en la primera entrada de esta serie dedicada a su obra, es bastante ecléctico. Pero si algo vertebra su obra es su voluntad de alcanzar la perfección narrativa, que queda plasmada en las páginas que escribe. ‘Los cinco narradores de Bagdad‘ es quizás el ejemplo más claro de ello.

Los cinco narradores de Bagdad‘, editado en España por Faktoría K de Libros en 2008 (publicado originalmente en 2006), es una historia que entronca con la tradición de ‘Las mil y una noches’, a las que incluso ofrece algún guiño. El dibujo corre a cargo de Frantz Duchazeau (autor de ‘El sueño de Meteor Slim‘), que opta aquí por parecerse a Joann Sfar sin renunciar a su propio estilo.

La historia es en realidad un espectáculo de cuentacuentos que arranca con un «Hace mucho tiempo de esto, el califa de Bagdad al que le apasionaban los cuentos, tuvo la idea de organizar un gran concurso…». Y a este certamen pueden optar mil y un candidatos. El peor narrador será ejecutado; el mejor, obtendrá riquezas inimaginables.

Cinco son los favoritos para llevarse el gato al agua: el grandullón Nazim, el misterioso Wahid, el encantador Tarek, el viejo maestro Anuar y el pequeño hijo del califa, Ahmed. Juntos deciden emprender un viaje para, en los tres años que faltan hasta la celebración del concurso, recopilar las mejores historias del mundo y aprender de ellas.

Antes de partir, los protagonistas visitan una bruja que les adelanta el futuro. Encontramos aquí un brillante recurso narrativo de Vehlmann, que descubre sus cartas nada más empezar la partida, y aún así se guarda varios ases en la manga para sorprender al lector. Arranca pues el viaje, en el que se nos irán presentando historias de todo tipo, tanto relatadas como vividas por los propios narradores de Bagdad. Así hasta un sorprendente final -¿cómo puede ser sorprendente si lo conocemos desde el principio?-, que nos da además algunas lecciones de cómo debe ser un buen cuento.

‘Los cinco narradores de Bagdad’ recibió en 2007 el premio al mejor tebeo votado por las librerías francesas de cómic. Vehlmann encuentra en Duchazeau un buen dibujante al que sabe sacar lo mejor. Con este apoyo, el guionista realiza una demostración de que, si hubiera vivido en Bagdad hace muchos años, bien se habría ganado las lentejas como cuentacuentos.

Más sobre Vehlmann en Viñetario: Parte 1, ‘Green Manor’, Parte 2, ‘El marqués de Anaon‘.