En plena fiebre por la grapa en España (de 2013 a 2017, solo entre Panini y ECC, se produjo un incremento de casi el 70% en la publicación en este formato, según datos recopilados por Guía del Cómic), una recién llegada al sector editorial de la historieta, Medusa Cómics, ha apostado también por el cuadernillo grapado como plataforma de lanzamiento del Universo Valiant, el elenco superheróico que se ha abierto laboriosamente un hueco entre las gigantes Marvel y DC en el mercado estadounidense. El comic book ha sido elegido para estimular la curiosidad de los aficionados españoles a través nºs 1 promocionales a precio de 1 euro: así han salido ‘Faith’ o ‘Generation Zero’ (series que reseñamos aquí y que, tras inicios prometedores, perdieron fuelle rápidamente, sobre todo la primera, todavía en curso), y así ha aparecido ‘Quantum + Woody’, nueva etapa de estos personajes de los que ya hablamos aquí, y que han regresado manteniendo sus esencias.

Quantum + Woody

Quantum y Woody, presentados como «el peor supergrupo del mundo», lleva el esquema de las ‘buddy movies’ al mundo de los justicieros enmascarados. Los protagonistas no pueden ser más diferentes entre sí -Quantum es responsable y serio, Woody es un catastrófico borrachín-, pero el destino los ha unido doblemente: comparten padre y, sobre todo, tras un accidentillo de laboratorio, están atados por dos pulseras que, entrechocadas cada 24 horas, evitan que sus inestables átomos salten por los aires. Así que, aunque la mayor parte del tiempo se odian, están obligados a entenderse. En su anterior etapa, firmada por el guionista James Amus, este dúo demostró que eran carne de comedia, y eso que el apartado gráfico de la serie no acompañaba.

En los cinco primeros números de la nueva serie, el argumento corre a cargo de Daniel Kibblesmith, que también sabe mucho de risas: es guionista habitual del show de Stephen Colbert, uno de los cómicos que azotan a Donald Trump. El neoyorquino parece haberle cogido el gusto a las viñetas, porque ha dado el salto a Marvel (‘Lockjaw’, ‘Deadpool vs. Black Panther’) y Boom! Studios (‘Rugrats’). En ‘Quantum + Woody’, para su suerte y para la de los lectores, ha coincidido con el español Kano, que realiza un fresco y dinámico trabajo, lleno de osadía gráfica. Del tercer número, un largo flashback, se ocupa Francis Portela, artista habitual de la casa que es quien se va a encargar de la serie a partir del nº6, donde los guiones pasan a estar firmados por Eliot Rahal.

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Pero vamos al ajo. Este arco argumental tiene todo lo que cabe esperar de los personajes más desastrosos de Valiant: humor, palabrotas, latas de cerveza y escenas nada edificantes. Solo por la incorporación de dos personajes ya vale la pena la lectura: Negativa, una malcarada clon que se caracteriza por, precisamente, estar siempre de mal humor, y su compañero Teto, el seto, una mole vegetal con patas. Todos se ven implicados en el malévolo plan de un descendiente adolescente de Nikola Tesla, con viaje a Australia y con reencuentro familiar (sin un ápice de cursilería) incluidos.

En fin, estamos ante una nueva presentación de los personajes que, con un poco más de recorrido, podría ser el inicio de una gran etapa… ¡PERO! Como hemos dicho, a partir del próximo número, cambia el equipo creativo. Y este es uno de los mayores lastres que le encontramos a nuestra incursión en Valiant: constantes relevos en guionistas y (sobre todo) dibujantes que impiden que se asienten las propuestas más allá de cinco entregas. Incluso en una serie de largo recorrido como ‘Faith’, donde Jody Houser se mantiene como guionista, la sensación es de eterno reinicio cada pocos números, sin que la protagonista avance y crezca y sin que parezca haber un plan de fondo. Unos cuantos buenos golpes de humor y acción no son suficientes para evitar caer en el aburrimiento.

Así que… ¿Valdrá la pena darle una nueva oportunidad a la continuidad ‘Quantum + Woody’? La duda sobrevuela. Con todo, dos cosas destacables quedan de este recomendable primer arco: el descubrimiento de Daniel Kibblesmith para el cómic, un humorista con talento para la narración en viñetas, y, sobre todo, el magnífico dibujo de Kano, que saca el máximo partido de estos personajes.