Aprovechamos la inminente visita de Naoki Urasawa al Manga Barcelona para comentar sus dos series actualmente en publicación en el mercado español: el clásico ¡Yawara! y la todavía en curso ¡Asadora!
¿Qué tienen en común una serie ambientada en el mundo del judo, publicada entre 1986 y 1993, y una sobre monstruos gigantes, en curso desde 2018? Dicho así, pudiera parecer que poco, pero detrás de ambas está uno de los mangakas contemporáneos más reconocidos y aclamados, Naoki Urasawa (Tokio, 1960), y las dos tienen como protagonistas a chicas jóvenes (para más señas, sus nombres, entre exclamaciones, dan título a las obras) que deben hacer frente a las convenciones de sus respectivas épocas. ¡Yawara!, la epopeya de Yawara Inokuma para llegar a los Juegos Olímpicos de 1992, y ¡Asadora!, el duelo entre Asa Asada y el kaiju que amenaza el Japón de los años 60, ambas actualmente en publicación en España de la mano de Planeta Cómic, sirven para definir la evolución de un autor que acumula ya más de cuatro décadas de trayectoria.
Antes de convertirse en el rey del thriller con títulos como Monster (1994-2002), 20th Century Boys (1999-2006), Pluto (2003-2009) o Billy Bat (2008-2016), Urasawa había compaginado obras con guion ajeno, como Pineapple Army (1986-1988) o Master Keaton (1988-1994), protagonizadas por aventureros al estilo de los héroes de acción del cine de los 80, con series de temática deportiva, firmadas en solitario. Estas son ¡Yawara! y Happy (1993-1999).
Hemos de confesar que, por temática, hasta ahora por aquí no nos habíamos acercado a estas últimas. Sin embargo, ¡Yawara! tiene un componente sentimental que hacía inevitable caer en su compra, ya que la emisión de su anime en los años 90 en TV3 bajo el título de Cinturó Negre marcó a toda una generación. En su momento, Glénat España intentó publicar la obra en catalán; los viejos del lugar recuerdan perfectamente cómo acabó esa aventura… Ahora el mercado es otro, y Planeta Cómic la está recuperando en una edición en formato kazenban que tendrá un total de 20 tomos.
Yawara es muy enrollada, ¡qué pasada!
¿Y qué nos ha deparado este reencuentro con ¡Yawara!? Pues una relativa sorpresa. Este manga está muy pegado a su época, pero en él tenemos a un Urasawa ya en todo su esplendor como narrador. Yawara Inokuma quiere ser “una chica normal”, pero es incapaz de escapar a su enorme talento como judoca. En nada la ayudan quienes la rodean, principalmente su abuelo Jijorô, obsesionado con hacerla triunfar, y el periodista Matsuda, que ve en ella un nuevo fenómeno deportivo. Poco a poco, el público cae rendido ante su letal precisión sobre el tatami y su tímido encanto ante las cámaras, y con su fulgurante ascenso, llegan también las némesis y los interesados…
Los 80 pesan en ¡Yawara! como una losa en la definición del personaje, para quien ser “normal” pasa por comprarse ropa, salir con sus amigas, enamorarse con el objetivo de casarse, estudiar economía doméstica… Ella tiene asumido como “normal” un papel secundario, y quienes la rodean la tratan en el mismo sentido; incluso aquellos que creen en su potencial no dejan de tener una actitud paternalista con ella, cuando no machista. Que de vez en cuando se presente al personaje ligero de ropa no ayuda a disipar esta imagen general (no hay que olvidar que la revista en la que se publicó originalmente, la Big Comic Spirits, donde Urasawa ha publicado la mayoría de su obra, sigue llevando como reclamo en portada, a día de hoy, a chicas en bikini).
Sin embargo, este primer planteamiento evoluciona conforme avanza la obra: Yawara va madurando, se hace consciente de su genuina pasión por el judo y asume las riendas de su destino. En su contexto, bien podría ser también leída como una obra que habla del empoderamiento de una mujer joven que rompe moldes en el Japón del boom económico. Hablamos de un país en el que entonces, y todavía hoy, muchas mujeres renunciaban a sus carreras profesionales para dedicarse al cuidado del hogar. Sobre este fenómeno, resulta tremendamente recomendable leer otro manga publicado a principios de los 80, Una mujer de espaldas, de Yamada Murasaki (Salamandra Graphic).
Más allá de las posibles lecturas, que además es fácil reinterpretar (¿acaso el éxito de Yawara no es justo lo que quieren los hombres que la rodean, tanto su abuelo como sus pretendientes, frente a su voluntad de pasar desapercibida?), lo que nos encontramos es una serie tremendamente entretenida, en la que el judo es el vehículo para contar el camino de la heroína. Urasawa demuestra su magia para dejar a los lectores siempre con ganas de más al final de cada capítulo; incluso en cada página, en cada viñeta, el autor da con el recurso apropiado para narrar siempre con sutileza y elegancia. La evolución en el estilo salta a la vista tomo a tomo; tanto es así, que el propio Urasawa, disconforme con algunos planos de la protagonista en los primeros capítulos, los ha redibujado para la ocasión (con un efecto bastante más cantoso que si hubiera dejado el original, la verdad sea dicha).
¿No te interesa el judo lo más mínimo? ¿Frunces el ceño ante la ranciedad que rodea a la deslumbrante Yawara? Ambas cosas son compatibles con que, una vez superado el primer tomo, te hundas como un sapo hacia el fondo de esta adictiva historia. ¿Tendremos que darle una oportunidad a Happy?
Novela manga serializada
Y de ¡Yawara! a ¡Asadora!, la obra actual de Urasawa. Aquí encontramos a un autor no solo maduro como narrador y dibujante, sino que lleva varios años interesado en el estudio del medio, como demuestra su programa televisivo Manben, dedicado a conocer los secretos de otros compañeros de profesión. Por eso no extraña que desde un primer momento haya querido definir lo que hace con un término propio, para los nervios de quienes todavía reniegan del término “novela gráfica”: “novela gráfica serializada”.
No le va nada mal esa definición, porque de todas sus series, esta es probablemente la que con más calma se toma el desarrollo de los acontecimientos. El ritmo viene impuesto por el propio objetivo que se marca. Más allá de la lucha contra un misterioso monstruo gigante que acecha Japón, de la mano de la protagonista, a la que conocemos en su niñez y vemos crecer, Urasawa da forma a un gran viaje a la historia de la segunda mitad de la Era Shôwa, los años 60 y 70 del pasado siglo, época de la infancia del propio autor que ya usó como escenario en 20th Century Boys y de Billy Bat.
De nuevo, una chica como protagonista absoluta, y de nuevo una joven a la vanguardia de su tiempo, porque, en un mundo de hombres, se dedica a la aviación, ya que es maniobrando su pequeño aeroplano cómo se enfrenta al kaiju. A su manera, ¡Asadora! es también un manga deportivo (spokon), esta vez centrado en el campo de la aviación clásica, al que el autor dedica amplias energías en la documentación, aunque luego no agobie al lector con detalles. Por el camino van surgiendo como telón de fondo importantes hitos históricos, como la presencia norteamericana en el Japón de la posguerra, el tifón que arrasó Nagoya en 1959, los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964…
Donde sí se aprecia un salto considerable es en el tratamiento de los personajes femeninos. Evidentemente, Urasawa los sitúa, ahora en retrospectiva, en su contexto histórico (y solo hay que ver a lo que se enfrenta la amiga de Asa que quiere dedicarse al mundo del espectáculo para entender que no es precisamente una arcadia de igualdad), pero aquí tanto la protagonista como sus compañeras de clase (la otra que completa el trío se quiere convertir en luchadora libre profesional) tienen claras sus metas y pelean por ellas, aunque ello implique enfrentarse a padres, jefes… o incluso a un monstruo gigante.
A pesar del kaiju, y frente a lo que podría esperarse tras el precedente de la retorcida Billy Bat, ¡Asadora! es una serie luminosa, en la que el componente fantástico ocupa un espacio importante, pero no totalizador, que permite desarrollar una historia en ocasiones cercana al costumbrismo. Sí, de vez en cuando emerge el lagarto de entre las aguas, pero tan importante como eso, y más interesante si cabe, es saber cómo se las apañan esas gentes humildes para salir adelante en un Japón que, por entonces, todavía estaba al inicio de la rampa del despegue económico.
Pongamos ¡Yawara! a la luz de ¡Asadora!, o al revés, la conclusión que obtenemos es la de estar delante de un autor interesado genuinamente en cómo la gente corriente se enfrenta a las adversidades, sean estas de índole personal, deportivo o, también, sobrenatural, y cómo, por muchos que sean los defectos de cada cual, o por muchos errores que se cometan, el único camino posible, quizás no para alcanzar el éxito, pero sí la paz con uno mismo y los demás, es el de la decencia y la bondad.
¡Asadora!, de Naoki Urasawa (serie abierta)
Traducción de Verònica Calafell
Planeta Cómic. Rústica, b/n y color, 200 págs., 9,50 euros.
¡Yawara!, de Naoki Urasawa (serie de 20 tomos)
Traducción de Sergi López Compte
Planeta Cómic. Rústica, b/n y color, 312 págs., 16,95 euros.