La tentación es decir que Calpurnio está de vuelta. Pero la realidad nos estropea el buen titular: Calpurnio nunca se ha ido, ni siquiera unos meses. Que su Cuttlas se despidiera a finales de 2015 de las páginas del diario 20 Minutos, su casa durante más de 10 años, no significó ni que el personaje se metiera en un cajón, ni que el autor dejara quietos los lápices. Y el resultado de esa aparente tregua pública es ‘Mundo Plasma‘ (Reservoir Books), un nuevo y genial universo de papel, un absurdo y surrealista ‘Diez negritos’ donde encontrar al asesino es lo de menos.

Mundo Plasma

‘Mundo Plasma’, según explicó Calpurnio – firma de Eduardo Pelegrín (Zaragoza, 1959)- en el pasado Salón del Cómic de Zaragoza, surgió como un nuevo proyecto de tiras para prensa. La casualidad cruzó en su camino el Premi Ciutat de Palma 2015, al que el autor presentó las primeras páginas, con las que logró alzarse como ganador de este premio/beca que le ha permitido dedicar sus esfuerzos a convertir la idea en un libro. La génesis de la obra viene a cuento porque sus algo más de 90 páginas mantienen esa estructura de tiras que se pueden leer por separado, aunque en conjunto forman un todo muy sólido.

El escenario de ‘Mundo Plasma’ es la Pensión Mimi, una curiosa casa de huéspedes en la que se puede entrar, pero no salir, pues pareciera que está diseñada por un M.C. Escher metido a arquitecto. En esta casa se reúne una curiosa galería de inquilinos: Mr. Plasma y la Sra. Culoseco, matrimonio bien avenido; Mimi, la dueña del negocio, y su cerdo amante Elmer; Cara de Bélmez, pertinaz mancha de humedad; Identikit, un tipo con cara de retrato robot policial, el cenizo Malasombra, el gris marciano Gris, el enigmático Huevo… En fin, un elenco estrafalario y pop, en el que sale a relucir el gusto de Calpurnio por los personajes icónicos, reconocibles tanto por sí mismos como por sus referentes en el imaginario popular.

escher

Y a esta tropa la mete el autor en una pseudo-trama policial, en la que nada es lo que parece, y no como en el eslogan clásico de las novelas de género negro, sino porque aquí quién investiga y quién mata da lo mismo, pues nada tiene sentido. O sí. Así se construye un artefacto tan entretenido como divertido, en el que Calpurnio vierte su peculiar e inteligente humor, tantas veces probado en Cuttlas, en un nuevo entorno y con un estilo de dibujo más figurativo. Eso no significa que esto sea un Cuttlas sin Cuttlas, es algo nuevo, diferente y a la vez plenamente ‘calpurniano’.

Según adelantó el autor, es probable que ‘Mundo Plasma’, en un inusual camino de regreso a su concepción inicial, dé el salto a las páginas de la prensa en forma de tiras. Eso, junto con el regreso de Cuttlas a las páginas del mensual Valencia Plaza, vuelve a poner en el ojo público a un Calpurnio que nunca se ha ido, ni parece que lo vaya a hacer por mucho tiempo, para alegría de sus seguidores. Cuando recibió el Gran Premio del Cómic Aragonés 2016 en el pasado Salón del Cómic de Zaragoza, lo dejó muy claro: «tengo cuerda para rato».