‘Mech Cadet Yu’, de Greg Pak y Takeshi Miyazawa, Boom! Studios, 2017-2018.

Mech Cadet Yu

La Tierra está siendo atacada. Una misteriosa raza de aliens, los Sharg, están llegando desde algún lugar del espacio, cada vez en mayor número, dispuestos a causar el mayor daño y destrucción posible, exterminar a los humanos y tomar posesión del planeta y sus recursos. La única esperanza de defensa son los Robo Mechs, un grupo de robots gigantes de origen desconocido que una vez cada cuatro años llegan a la Tierra y se vinculan a un joven que puede guiarlos a la batalla. Gracias a ellos los Sharg fueron en principio derrotados y no han vuelto a verse en el planeta desde hace varios años, pero se sigue esperando que vuelvan.

Desde que comenzaron a llegar, los terrestres se han organizado y ahora los jóvenes que deben ligarse con los robots son seleccionados por el ejército de entre los más destacados de un grupo de cadetes que son especialmente adiestrados para entrar en los Sky Corps. Entre esos cadetes no se encuentra Stanford Yu. Hijo (y ayudante a tiempo parcial) de una de las señoras de la limpieza del complejo donde se adiestra a los cadetes, lo único que puede hacer es observarles alguna vez desde el exterior de la clase. Parece que su destino no podría estar más alejado de la gloria y la batalla.

Hasta que accidentalmente encuentra a uno de los robots que debían llegar este año, hecho polvo y desorientado, lejos del lugar donde se supone que tenía que llegar. Trata de ayudarle a llegar a su destino, pero lo que hace el robot es escogerle a él como compañero. Yu se va a ver empujado a la acción de manera imprevista. Y va a tener que aprender rápido, porque los Sharg están a punto de volver al ataque.

Éste es el punto de partida de ‘Mech Cadet Yu’, serie escrita por Greg Pak y dibujada por Takeshi Miyazawa que ha estado publicando Boom! Studios entre agosto de 2017 y septiembre de 2018. Una serie que coge los géneros japoneses de los kaijus y los mechas, como ya hiciera ‘Pacific Rim‘ (aunque quizá está más cerca del espíritu de ‘El gigante de hierro‘), y lo presenta para un público juvenil, con adolescentes como protagonistas.

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Los autores son dos profesionales ya experimentados. Greg Pak, tejano de ascendencia coreana, comenzó en el mundo del cine e incluso llegó a estrenar una película independiente de ciencia-ficción, tras lo cual fue contratado como guionista por Marvel, editorial en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera, escribiendo a numerosos personajes de la editorial, incluyendo a La Patrulla X, Hulk, Hércules, Iron Man, War Machine, Alpha Flight o Estela Plateada, entre otros. También ha trabajado para otras editoriales como Valiant, Dynamite o DC, para quien ha escrito Batman/Superman o los Teen Titans.

Takeshi Miyazawa, por su parte, es un dibujante canadiense de origen japonés con un estilo influenciado por el manga, que también lleva más de una década como profesional y también vinculado sobre todo a Marvel, aunque sobre todo realizando números sueltos y pequeños arcos, si bien ha dibujado sobre todo Runaways, Ms. Marvel y, principalmente, a Spiderman y Mary-Jane, siendo el dibujante principal de la serie ‘Spiderman loves Mary-Jane‘, destinada a un público adolescente, hasta 2007 en que decidió marcharse a Japón para probar suerte como mangaka.

Los dos autores se conocieron trabajando para Marvel y conectaron inmediatamente, creando en 2005 al personaje de Amadeus Cho, que tendría continuidad en el universo Marvel (especialmente en títulos escritos por Pak) hasta acabar convirtiéndose en el nuevo Hulk una década después. Ambos han seguido colaborando posteriormente en cómics y libros infantiles, muchos de ellos basados en canciones de Jonathan Coulton, como ‘The princess who saved herself’, del que andan preparando una secuela.

El cómic ha llegado a su conclusión tras doce números, habiendo aparecido hasta ahora un tomo recopilatorio con los cuatro primeros números, y estando prevista la aparición de un segundo en octubre con los cuatro siguientes. La respuesta de crítica y público ha sido positiva. Quizá le falte un poco de fuerza a la conclusión, pero sigue siendo una lectura totalmente disfrutable.