Cristian Robles (Barcelona, 1990) ha irrumpido en el cómic español con dos títulos publicados con apenas meses de diferencia. Son ‘Ikea Dream Makers‘ (DeHavilland), que supuso su estimulante debut, y ‘Soufflé‘ (La Cúpula), que confirma que Robles va muy en serio en esto del tebeo. Ambas obras son muy diferentes en cuanto a formato y longitud, pero retratan a un autor con gusto por el surrealismo y las historias perturbadoras.

En ‘Soufflé’, Robles nos presenta un particular y desasosegante entorno urbano en el que los jóvenes se han entregado al consumo de una nueva droga, el ‘soufflé’, que tiene un drástico efecto secundario: la pérdida de partes del cuerpo. Sin embargo, este es solo un ingrediente más en la extraña vida de esta comunidad de personajes desapegados. ‘Soufflé’ es un tebeo que se presta a múltiples interpretaciones, y por eso, través de cuestionario por correo electrónico, el propio Cristian Robles da algunas pistas para entender su nueva obra.

Tras ‘Ikea Dream Makers’, ‘Soufflé’. Una historia de jóvenes, drogas y angustia que se presta a muchas interpretaciones. Pero… ¿Qué querías contar tú con este tebeo?

Mi intención principal era desarrollar la historia de un grupo de amigos enganchados a la substancia ‘soufflé’, sin más. A partir de ahí, todo iba tomando forma con el tiempo, no sabría decirte cuál es el sentido de todo esto, o si tiene una moraleja. Lo que quería “experimentar” era el hecho de plantear, de una forma u otra, la histeria colectiva de unos cuantos drogatas ‘new age’. Prefiero que cada uno lo interprete a su manera.

‘Ikea Dream Makers’ tenía mucho de lisérgico y surrealista. En ‘Soufflé’ eso va a más, y en tu webcómic para Tik Tok sigues la misma senda. ¿Por qué esa apuesta por lo extraño?

Porque para mí es más fácil contarlo así, y porque confió en que una gran parte del público que pueda llegar a leer alguna de mis historias de sentirá identificado de alguna manera con “lo extraño”.

También llama la atención tu preferencia por personajes desubicados, espacial y socialmente.

Prefiero ir poco a poco. Ya me cuesta un buen trabajo llegar a conocer a fondo a alguno de mis personajes, imagínate si fueran muy sociables y con familias numerosas, me volvería loco. Mejor que estén solos.

¿Cómo se construye una historia así? ¿Piensas más en el argumento general, o en situaciones y sensaciones que puedes ir provocando?

Creo que me interesa más el hecho de explorar la manera en que las situaciones y sensaciones pueden afectar al lector al leer la obra. Pocas veces preparo un hilo argumental muy definido. Creo que mi proceso creativo es bastante espontáneo.

Tienes un estilo muy marcado en lo narrativo. No solo en la distribución de las viñetas, sino también a la hora de usar cambios en el aspecto físico de los personajes para contar cosas.

¡Me lo paso bastante bien descuartizando a mis personajes! Aparte, creo que es un buen refuerzo gráfico a la hora contar las historias que quiero contar.

Entre la publicación de ‘Ikea Dream Makers’ y ‘Soufflé’ apenas han pasado unos meses, pero da la impresión de que entre la creación de una y otra sí ha transcurrido más tiempo, e incluso que no las creaste en este orden.

Claro, el hecho de que hayan sido publicadas en este orden no tiene nada que ver. En ‘Soufflé’ he estado trabajando muuucho tiempo, yo diría unos tres años casi. Y entre todo este proceso, seis meses los invertí a tiempo completo en crear ‘Ikea Dream Makers’.

Por cierto… ¿Alguien de Ikea te ha dicho algo por el tebeo?

Aún no… ¡Y espero que, si no es para darme la enhorabuena, siga así la cosa!

¿Cuáles son tus referencias en el cómic y en otros medios?

Tengo demasiados referentes… Pero evitando hablar de los obvios, daré un par de nombres que me apasionan, como el trabajo de Aisha Franz, Alex Schubert y Tim Peacock, por ejemplo. En otros medios, las películas de los hermanos Dardenne.

¿Estás preparando un nuevo tebeo largo? ¿Irá en la misma línea?

Sí, y no. En cuanto a la narrativa, prefiero experimentar un poco más y alejarme de todo lo que conozco y sé que será funcional, para buscar alguna otra forma de representar lo que quiero contar. Pero, gráficamente, sí que seguiré en esta línea, más o menos.