Si tu novia te pilla dormido en el sofá, con la chorra fuera y porno en bucle puesto en la televisión, todo va a ir cuesta abajo. O no. Quizás sea un antes y un después. Patético, sí, pero también catártico. Este es el punto de partida de ‘Alfa, Beta, Bronson‘ (La Cúpula), la novela gráfica de Ramón Rodríguez -mejor conocido por su alter ego musical The New Raemon– y José Ramón Grela. Una emotiva y divertida ‘road movie’ a ritmo de rock y con Charles Bronson como estrella invitada.

alfa beta bronson

‘Alfa, Beta, Bronson’ es una historia sobre coger el tren adecuado en el momento adecuado. Chema formaba parte de un grupo de música, los Carles Bronson, pero lo abandonó para irse a Barcelona a vivir con su novia. Ahora sus compañeros tienen cierto éxito, mientras él sobrevive anodinamente como dependiente en una tienda de cómics. Su apocalipsis sentimental le va a dar una segunda oportunidad en forma de invitación para irse de gira con sus antiguos colegas: ante sus ojos se abre un horizonte de drogas, sexo y punk. Es joven, pero ya no es un descerebrado adolescente, así que esta vez piensa no cagarla tanto.

Alfa, Beta, Bronson

Ramón Rodríguez (para el que este es su segundo tebeo como guionista, tras ‘Ausencias‘) y José Ramón Grela construyen en ‘Alfa, Beta, Bronson’ un entretenido tour emocional aderezado de humor, amor, música y referencias frikis (a la cabeza, un Charles Bronson a lo John Wayne de ‘Predicador‘). La historia de Chema es un amable regreso al punto de partida, sin moverse del presente y con la lección aprendida; es un viaje hacia la que podría denominarse segunda fase de hacerse adulto. No es un camino llano, pero tampoco tiene grandes baches: las páginas de este tebeo huelen a sueño de friki cumplido, a un «me encanta que los planes salgan bien».

Tanto por argumento como por dibujo, ‘Alfa, Beta, Bronson‘ tiene alma ‘indie’. Es un ‘slice-of-life’ que apela a los sentimientos de toda una generación (los ya-no-tan-jóvenes con canas y cartones asomando) y sabe tocar las teclas adecuadas para dejar una  sensación agradable al pasar la última página.