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Aventura, humor, dibujo ágil y una pizca de transgresión. Esa fue la receta con la que unos impetuosos Tome & Janry llegaron al universo de Spirou en 1981. No lo tenían fácil. La dirección de la editorial Dupuis había elegido a Nic y Cauvin para continuar las aventuras del eterno botones, pero la casualidad hizo que unos inconscientes jóvenes presentaran su candidatura… Y acabaran ganando por goleada. ‘Spirou y Fantasio. Integral 1981-1983‘ (Dibbuks) recoge esos primeros trabajos de Tome & Janry, desde que se lanzan a la piscina con historias cortas hasta que se consolidan con el álbum ‘¿Quién detendrá a Cianuro?’.

Este integral, el nº13 en la línea cronológica de la edición canónica, es la cara del nº12, el que compila la etapa de Nic y Cauvin. Como ya dijimos en la reseña de aquel, Spirou entró con el pie torcido en la década de 1980. Tras la destitución de Fournier como dibujante titular, los mandamases de Dupuis designaron a Nic y Cauvin como sucesores, algo que ni los lectores ni buena parte de la plantilla habitual de la revista Spirou acogió con entusiasmo. Las disputas internas abrieron una pequeña rendija que Tome & Janry supieron aprovechar al máximo. Las páginas de prueba que habían presentado, con el único objetivo de demostrarse a sí mismos de lo que eran capaces, acabaron siendo publicadas. Así empezó su clásica y dorada etapa.

El tomo recoge esa primera historieta (‘La voz sin amo’), un entretenido relato en el que los héroes se las ven con un mono muy gritón. A esta siguen otras píldoras, y hay también varias historias cortas jalonando el resto del volumen. Entre ellas destaca la primera aparición de un «pequeño Spirou«, prototipo del que luego tan bien desarrollarían fuera de la serie. En este formato breve, los autores demuestran, más si cabe que en los álbumes, su desparpajo. No tienen ningún problema, por ejemplo, en incluir a Ronald Reagan como personaje en la aventura ‘El botones del presidente’.

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El primero de los tres álbumes completos aquí recogidos es ‘Virus‘. Muy pegados a su tiempo, Tome & Janry mandan a Spirou y Fantasio (y Spip) a la Antártida, con la misión de investigar un virus que parece haber sido creado como arma biológica (estamos en plena Guerra Fría, recuerden). Del páramo helado al desierto cálido. En ‘Aventura en Australia‘, el intrépido botones y el insensato periodista viajan hasta la otra punta del mundo para rescatar a su viejo amigo el conde de Champiñac, metido en líos por su afán investigador. Otra ‘rescatada’ en este álbum es Seccotine, la reportera que creó Franquin para ‘El cuerno del rinoceronte’ y que se convierte aquí en una feliz reincorporación al universo de Spirou.

Completa la triada ‘¿Quién detendrá a Cianuro?’, sin duda uno de los títulos más señalados del dúo creativo. Tome & Janry se notan ya cómodos con los personajes, e incluso han depurado su método de trabajo, centrándose uno en los guiones y otro en el dibujo. La acción se sitúa por fin en Champiñac, y supone el enfrentamiento con la androide Cianuro, una carismática antagonista que, cabe lamentar, no ha sido recuperada por ningún autor posterior. No es el único nuevo personaje creado para la ocasión, ya que aparecen el robot Telesforo y el inventor Catenario. Este último es un ingeniero aficionado que, como está muy necesitado de amor, decide crear un robot a la imagen de Marilyn… ¡Qué picaruelos, estos Tome & Janry!

En ‘Spirou y Fantasio. Integral 1981-1983’ queda claro que decantarse por Tome & Janry fue todo un acierto para Dupuis. Las historias cortas y álbumes aquí recogidos son entretenimiento en estado puro, pensado tanto para el público infantil (al que se supone que van dirigidas) como para los adultos que habían crecido leyendo a Franquin. Quizás aquí esté la clave del acierto de Tome & Janry: renovación desde el respeto al legado de Franquin, introduciendo toques ácidos y frescos, algo que seguro supieron apreciar los lectores de su misma generación. Este equipo venía con ganas de comerse el mundo y, sobre todo, de divertirse haciendo tebeos…. ¡Y vaya si lo consiguieron!