Alpartir es un pequeño pueblo de cerca de 600 habitantes ubicado en la comarca de Valdejalón (Zaragoza), en la Sierra de Algairén, a 6 kilómetros de La Almunia de Doña Godina. Alpartir tiene un colegio público de Primaria, el Ramón y Cajal… ¿Qué tiene esto que ver con el mundo del tebeo? Pues mucho. Muchísimo más bien. Esta escuela, que funciona como una comunidad de aprendizaje  -“para educar a un niño hace falta la tribu entera”, dicen-, utiliza desde hace un par de años el cómic como herramienta didáctica. Así lo explicó Juan Antonio Rodríguez, coordinador de la Biblioteca Escolar, el pasado jueves en el Centro Joaquín Roncal de Zaragoza, en la tertulia de Asociación Thermozero Cómics dedicada a la relación entre tebeo y educación.

Juan Antonio ejerce de portavoz en esta entrevista a una comunidad educativa compuesta por 43 alumnos, 5 profesores, 30 familias y un puñado de tebeos.

¿Cómo y cuándo surgió la idea de usar el cómic en las aulas del Colegio de Alpartir?
El cómic es utilizado por una razón: es un contenido curricular, por lo que cualquier docente debería usar el cómic en las aulas por este motivo, aunque en nuestro caso la idea surge al conocer el mundo de los cómic de mano de distintos profesionales que nos asesoran en la ampliación del fondo bibliográfico que teníamos en la biblioteca escolar. Además, no queremos quedarnos en las breves reseñas que aparecen en los libros de texto, es necesario experimentar en el aula con su lenguaje, su formato.

¿Cómo y para qué aplicáis el tebeo en el Colegio? Lo usáis en clase, pero también fuera del aula…
La aplicación sería doble. Por un lado está presente en la biblioteca, editado y catalogado para ser prestado, y por otro, sin editar y en la imaginación del alumnado. En el primer caso se hace una selección desde el proyecto de biblioteca y en el segundo se hacen propuestas desde el proyecto de convivencia. Por ejemplo, cuando se establecen las normas de convivencia del centro, el alumnado utiliza generadores de cómic en línea para pasar esas normas a viñetas y así darlos a conocer de una forma más divertida. El utilizar las TIC nos resulta más cómodo ya que el dibujar sobre papel supone un proceso más lento, si bien en ocasiones lo hacemos, aunque para ello hemos contado con expertos. Y fuera de aula lo utilizan los alumnos como diversión, pues algunos siguen dibujando en casa por el placer de dibujar, lo cual animamos y potenciamos haciéndoles participar en concursos, por ejemplo.


¿Cuál ha sido la respuesta de los alumnos? ¿Fue positiva desde el principio o su aceptación ha sido progresiva?

En cuanto a la lectura de tebeos de la biblioteca está siendo progresiva, apenas había cómic y desde el curso pasado estamos incorporando nuevas obras como manga y algunos clásicos que no están en la biblioteca municipal. Mientras que el trabajo del cómic en el aula siempre tiene una respuesta positiva, ya sea en formato papel o digital.

Implicáis también a los padres, y los resultados son buenos…
Las familias se implican desde la biblioteca, pues contamos con un grupo de lectura en el que participan el 30% de las madres. Algunas de las sesiones que organizamos las dedicamos a los cómic y aprovechamos para dar a conocer lo que hay en nuestra biblioteca y también sacamos en préstamo lotes de cómic para adultos que leemos y comentamos. Para todos es una ocasión única para conocer un género que apenas conocíamos y nos ha sorprendido, pues hemos descubierto la variedad de temas que se tratan, actuales y universales.

¿Creéis que ha mejorado la dinámica del colegio recurrir a los tebeos como herramienta didáctica?
Sin duda, aunque más que recurrir a los tebeos ha sido elaborar nuestras historias en formato cómic, siendo en Tercer Ciclo donde se le saca más provecho al tener los recursos y la independencia necesaria para elaborar esas historias, si bien, dadas las características del centro, en ocasiones los mayores ayudan a los más pequeños a utilizar los Tablet para que puedan generar sus cómic. No debemos olvidar que es un recurso que nos permite elaborar producciones artísticas y así valorar si el alumnado ha conseguido la necesaria competencia en el dominio de los distintos lenguajes artísticos.

Una de las claves es que no imponéis el tebeo, solo lo «dejáis a la vista»…
En lo que se refiere al préstamo no se impone, los tebeos están en la biblioteca, esperando, aunque sí que se hacen presentaciones y recomendaciones de las novedades por parte de las bibliotecarias para darlos a conocer. En las aulas sí que hay veces que lo trabajamos de manera explícita al introducirlos en las actividades que hacemos de animación a la lectura y escritura.

El Colegio de Alpartir tiene 40 alumnos, es un pueblo pequeño… ¿Esto facilita o dificulta el trabajo? ¿Vuestro modelo es exportable?

En nuestro caso, creo que lo que más facilita cualquier proyecto que desarrollamos es el buen ambiente de convivencia que hay en el centro, lo que nos permite hacer agrupaciones flexibles internivelares y poder realizar aprendizajes cooperativos. Es admirable ver a un alumno de 6º con uno de 1º ayudándole a utilizar el Tablet, o colaborando en la realización de un mural, por ejemplo. Y sí, es exportable, e importable, no dejamos de aprender unos centros de otros cada vez que nos reunimos en seminarios y jornadas o compartimos lo que hacemos en la red.

El tebeo en las aulas… ¿Es una cuestión de ‘militancia’ del profesorado, o más bien su propia eficacia hace que acabe calando entre los educadores?
El cómic en las aulas es un contenido curricular y hay que enseñarlo, si lo hacemos de forma lúdica y productiva mejor, ¿no? Y en las bibliotecas es un contenido imprescindible, si nos asesoramos y los compramos no será esteril el trabajo en las aulas, ¿no? Se trataría de complementar una acción con otra, o con otras, pues también se puede ayudar a las familias con la elaboración de guías de cómic y al profesorado con el asesoramiento externo de expertos en cómic, que en Aragón los hay, y muy buenos, el ejemplo lo vimos en la tertulia Cómic y Educación.