Kazuo Umezu, además de un japonés entrañable y estrafalario que viste como Wally, es uno de los padres del género de terror en el manga. El título que ostenta no es gratuito, y en España lo hemos podido comprobar con ‘Aula a la deriva’, que con la publicación de sus dos últimos tomos (el 5 y el 6) por Ponent Mon, llega a su conclusión. Estamos ante una historia de terror veloz, en la que, sin saber ni cómo ni por qué, unos alumnos de primaria se ven sumergidos en un mundo postapocalíptico.

‘Aula a la deriva’ narra las desgracias de Sho, un niño que, tras un fuerte enfrentamiento con su madre, se va corriendo al colegio. Allí, durante la primera clase del día, un fuerte estruendo y un temblor sorprenden a profesores y niños. Una discusión familiar, un terremoto… Parece que este chaval se ha levantado con el pie izquierdo, y su racha continúa cuando descubren que todo lo que había alrededor del edificio ha desaparecido y están en medio de un desierto.

No es un cerdo lo que asan los escolares. Es... otra cosa.

¿Qué ha pasado? Lo único que sabremos es que parece que el colegio y todos sus ocupantes se han trasladado al futuro, dejando un enorme cráter en su lugar. La escuela aparece entera en medio de la nada, sin qué comer ni beber… Pronto surgirán los más bajos instintos entre la ‘comunidad educativa’, y los niños se agruparán en torno a dos líderes, el propio Sho y su amigo Ootomo. Entre las extrañas y peligrosas criaturas que habitan este mundo del futuro, y la mala sangre que se va cociendo entre las diferentes facciones de chavales, los escolares irán cayendo como moscas, algo que Umezu no se priva en absoluto de dibujar.

Kazuo Umezu (o Umezz, como reza la edición de Ponent) mantiene un ritmo narrativo endiabladamente rápido. Los acontecimientos se suceden a una velocidad pasmosa, y cuando aún está caliente los cadáveres en una página, en la siguiente ya están todos corriendo de nuevo por sus vidas. Umezu no se preocupa en exceso por explicar o dar cierta lógica a los acontecimientos, y esta falta de reposo convierte a ‘Aula a la deriva’ en lectura frenética.

‘Aula a la deriva’ es un manga setentero y, como tal, tiene un estilo de dibujo de corte clásico alejado del ‘mainstream’ actual. En algunos momentos, incluso, llega a ser un poco desesperante el uso de varias viñetas para recrear una acción que se podría resolver en la mitad de espacio. El peso de la época también se ve en el argumento postapocaliptico, un subgénero que parece ha perdido fuelle -será por aquello de que en cierta manera ya vivimos en pleno apocalipsis medioambiental-.

Con todo, es un cómic que atrapa por su frescura del «esto ocurre porque sí», que se echa de menos en muchas de las historias de ciencia-ficción de la actualidad, con más ciencia que ficción. Y lo que realmente acojona es pensar que todo este universo de terror ha salido de la mente de un tipo que va por el mundo vestido de Wally…