Una maquina del tiempo, un peluquero con la cara de Clint Eastwood, policías sacados de ‘Star Wars’, cerdos con una cilindrada de 550 cc, superhéroes sin poderes… Todo esto, y mucho más, imaginó allá por 1980 un desconocido Akira Toriyama, cuando dibujó por primera vez el descacharrante universo de ‘Dr. Slump‘. En busca del éxito, cuatro años antes de idear al archifamoso Son Goku, el mangaka hizo caso de los consejos de su editor y decidió probar suerte con una protagonista femenina, Arale Norimaki. Aquello se convirtió en uno de los mejores cómics de humor de la historia, que ahora recupera en esperadísima edición de lujo la editorial Planeta DeAgostini.

Para devolver el favor a su valedor en la editorial Shueisha, Toriyama no tuvo mejor idea que ‘convertir’ a su jefe en un malvado personaje de ‘Dr. Slump’, al que, para colmo, acabó matando de mala manera. Esta anécdota habla del gamberrismo de un cómic que, tres décadas después, se mantiene más fresco que una lechuga. Pero,  ¿de qué va el invento? Pues precisamente, de eso, de inventos. Sembei Norimaki es un científico treintañero y solterón que, en busca de la creación perfecta, diseña el robot definitivo.

La criatura es Arale, un androide con aspecto de niña buena pero con una fuerza portentosa… Es casi, casi tan perfecta como Astroboy, si no fuera porque está como las maracas de Machín, es miope, y tiene predilección por recoger cacas de la calle. El entorno no ayuda ya que, además de tener que convivir con su inventor, al que, por decirlo finamente, gustan demasiado las mujeres, se las verá con los rocambolescos habitantes de su pueblo, Villa Pingüino. Osos zombi, diablillos malvados, extraterrestres de extraña anatomía, niñas pijas o cerdos que fuman en pipa y hablan en inglés son solo algunos de sus vecinos.

Al éxito ayudó la temprana adaptación televisiva de la serie, tan solo un año después de que el manga apareciera en las páginas de la revista Shonen Jump. La animación se convirtió en un éxito de audiencia, y pronto los japoneses comenzaron a utilizar en sus conversaciones expresiones de Arale, como ‘hoioio’ o ‘ncha’. A mediados de los ochenta la serie desembarcó en el canal autonómico catalán, donde también triunfó y fue objeto de numerosas reemisiones, anticipando el posterior ‘boom’ de ‘Dragon Ball’. De hecho, es muy recordado el capítulo de este último manga en el que Son Goku visita Villa Pingüino y conoce a la familia Norimaki.

Planeta retoma en la nueva edición, de 13 tomos, la primera traducción del cómic, cuando lo editó a mediados de los 90 en el sello Biblioteca Manga. La adaptación buscó mantener el humor y los referentes ochenteros del tebeo, así que no se extrañen si de repente a un personaje le da por cantar el ‘Maquíllate’ de Mecano. Toriyama, como el mismo ha asegurado, se cansó de dibujar ‘Dr. Slump’ en 1984, dejando tras de sí un reguero de situaciones absurdas, capaces de provocar la carcajada incluso en uno de sus personajes, ‘el viejo que nunca se ríe’.

Extra: Pueden leer las primeras páginas del cómic aquí.